Internacional
La mascarilla que llegó para quedarse
El covid-19 nos ha dejado muchos tipos de mascarillas para protegernos del virus, la lucha contra la pandemia de la violencia de género nos ha dejado Mascarilla-19.
No es quirúrgica, ni FFP2, ni de tela, tampoco lleva filtros, no se compra ni se vende pero sí se puede pedir en la farmacia y salva vidas.
El protocolo Mascarilla-19 nació en Canarias, durante el primer fin de semana del confinamiento y como una propuesta de la directora del Instituto Canario de Igualdad (ICI), Kika Fumero, en colaboración con los dos colegios profesionales de Farmacia de las Islas. Hoy por hoy ya es un emblema de la lucha contra la violencia de género de toda la población durante el confinamiento en toda España, pero también en el extranjero.
Cómo funciona Mascarilla-19
El objetivo de este es que las mujeres que puedan estar viviendo una situación de violencia de género en su hogar, motivado por el aislamiento obligado en sus viviendas, o en la calle ante la ausencia de transeúntes, puedan dar la alerta en las farmacias de su barrio pidiendo una “mascarilla-19”.
Tras esta petición, el personal farmacéutico, realiza una llamada por violencia de género al 1-1-2 para alertar de la situación. Cuando se establece el contacto, desde la farmacia se especifica que la llamada es por un incidente de “Mascarilla-19” lo que genera que se active el protocolo de atención que se requiera en cada caso, y desde donde guían debidamente al personal farmacéutico en los pasos que debe seguir en cada momento y de la información que se requiera.
La fórmula magistral
En la misma semana de su estreno, durante el estado de alarma, muchas mujeres en Canarias que se sentían aterradas porque se habían visto obligadas a recluirse con su maltratador en su casa por la emergencia sanitaria, oyeron el mensaje y percibieron que allá afuera, además de luchar contra el coronavirus, había personas aliadas para protegerlas. A las pocas horas de su estreno, la imagen de mascarilla-19 ya se había viralizado por toda España y en apenas tres días, sólo en las redes del ICI, el mensaje había alcanzado sin publicidad a cerca de 200.000 personas y había sido compartido en unos 3.000 perfiles de Facebook y Twitter.
Tras su activación en Canarias, la directora del ICI compartió el material de este protocolo con todas las comunidades españolas a través de la conferencia Sectorial de Igualdad celebrada por videoconferencia. A los pocos días, ya eran varias las comunidades españolas que también hacían uso de este nuevo recurso para dar la alarma con lo que se podía alertar de un caso de violencia de género en más de 16.000 farmacias. El Consejo General de Farmacéuticos también hizo lo propio en su sector y compartió esta experiencia con sus socios de la Agrupación Farmacéutica Europea (PGEU).
Era la fórmula perfecta, la nueva fórmula magistral de las farmacias, porque el confinamiento sólo permitía abandonar el hogar para ir a comprar alimentos en los supermercados o buscar medicamentos en ellas. Las boticas se convirtieron en el espacio ideal. De siempre las farmacias han cumplido una función social con la ciudadanía, detrás de sus mostradores siempre hay personas expertas, de confianza para el vecindario, cualificadas para asesorar en salud y también, como han demostrado con su intervención con la campaña mascarilla-19, para dar cobijo y contribuir a la protección de mujeres que pudieran estar viviendo un episodio violento en su hogar, o se vieran amenazadas en la calles solitarias del estado de alarma.
Las farmacias no han sustituido a los recursos asistenciales pero sí han desarrollado en este periodo, en el que la peligrosidad se agravaba, un rol canalizador que ha permitido conectar a las víctimas con los recursos propios de cada comunidad.
Covid y violencia machista
Durante la primera quincena del confinamiento, el mensaje y la clave empezaron a correr como la pólvora, la violencia de género se situó en la agenda de las administraciones, de los medios de comunicación y de la ciudadanía. Entró en las ruedas de prensa diarias del Gobierno y junto al parte de los datos de personas que habían enfermado por el coronavirus se comenzó a visibilizar el número de intervenciones de las fuerzas de seguridad en casos de violencia de género, eso sí, unas veces con más acierto que otras. Se declararon los servicios de atención a la violencia de género como esenciales y desde todos los organismos se dio información puntual sobre los recursos disponibles.
Más allá de su funcionalidad, Mascarilla-19 fue el grito de auxilio que permitió a la ciudadanía tomar consciencia de la gravedad del asunto a raíz del confinamiento. De hecho, en este periodo las llamadas al servicio de emergencia para mujeres víctimas de violencia 112, realizadas por alertantes accidentales, es decir terceras personas personas que llamaban porque escuchaban o veían una violencia de género experimentó un crecimiento superior al 20%.
Mascarilla viajera
Cuando se cumplen tres meses desde ese 14 de marzo en el que se decretó el estado de alarma, Mascarilla-19 se ha instalado como un recurso más en las farmacias españolas, ha pisado 4 continentes, se ha implantado en países como Italia, Francia, Alemania, Noruega, Reino Unido, Argentina, Colombia, Chile, México, Uganda, Cabo Verde y Australia y ha despertado el interés de periodistas internacionales que han entrevistado a la directora del ICI desde, Suecia, Rusia, Letonia, México, Milenio, Chile, la agencia Reuters, BBC, abc news o la CNN.
Ha sido una llamada también a estudiantes de diversas universidades que realizaban trabajos sobre la violencia, de artistas visuales que han elaborado imágenes que han cedido de modo desinteresado al ICI y de personas famosas como la cantante cordobesa, India Martínez, que decidió reunir a un grupo de cantantes internacionales entre quienes estaban: Luis Fonsi, Aitana, Rozalén, Pablo Alborán, Luis Cepeda, Pastora Soler, David Bisbal o Mónica Naranjo, para difundir un mensaje de apoyo a las víctimas a través de la letra de la canción “Conmigo”, recitada conjuntamente. La directora ha participado también en este periodo en encuentros online sobre violencia de género en los que ha explicado cómo funcionaba este protocolo, como en el organizado por AEGEE o el webinar al que ya le han invitado desde el comité de igualdad de oportunidades del Tribunal de Cuentas europeo en Luxemburgo y que se celebrará en próximas fechas.
Mascarilla-19 no ha pasado desapercibida por las diversas instituciones y ha viajado por casi todo el mundo. Es un mensaje que ya se ha globalizado y por supuesto, no se irá de las islas cuando termine la crisis del coronavirus. Como ya ha anunciado la directora del ICI, demostrada su gran efectividad, se quedará como un recurso más añadido a los ya existentes, haya o no más confinamientos obligados en el futuro.